La DGT recuerda continuamente la importancia de la conducción encarrilada en autovías, autopistas y en las carreteras convencionales de más de un carril por sentido.
No utilizar el carril correcto en vías rápidas es una infracción grave, suponiendo una multa de 200 euros (100 con pronto pago), pero no supone la resta de puntos del carnet.
A pesar de todo, los conductores no siempre lo cumplen y es habitual ver en las carreteras ocupados los carriles centrales o izquierdo en vez del derecho, que es por el que se debe circular por norma, siendo el resto para adelantar.
Conducción encarrilada
Como señala la DGT en carreteras interurbanas, las vías en las que se circula a más velocidad, es más seguro circular por el carril derecho dejando el resto (centrales e izquierdo) solo para realizar maniobras como adelantar.
Si se utilizan el carril central o izquierdo no solo para adelantar, se entorpece la circulación y esto puede generar situaciones de riesgo. De ahí la importancia de conducir encarrilado.
Para verlo claramente imaginémonos la siguiente situación:
En una vía de tres carriles: si un coche que circula por el carril derecho se aproxima a otro que discurre más lentamente por el carril central, dado que está prohibido adelantar por la derecha en vías rápidas (salvo en dos contadas excepciones), deberá realizar hasta cuatro cambios de carril para adelantarlo (central, izquierdo, de nuevo central y regreso al derecho).
En cambio, si ambos coches circularan por el carril derecho, el que va a mayor velocidad tan solo tendría que realizar dos desplazamientos de carril (central y de nuevo derecho) para adelantarlo.
Circular por los carriles que no son el derecho se permite en determinadas circunstancias. Por ejemplo: si el derecho está atascado ante la llegada de una salida de la vía, algo habitual cerca de grandes poblaciones. Pero siempre se debe evitar entorpecer a otros vehículos.
Síndrome del carril izquierdo
Las excepciones no justifican el síndrome del carril izquierdo: que es utilizar los carriles situados más a la izquierda para circular y no únicamente como excepción (maniobras o circunstancias específicas).
En España un 14 % de los automovilistas ha admitido «sufrir» el síndrome del carril izquierdo, según un estudio de Abertis de 2018.
Qué evitar en los atascos
Una situación en la que la circulación por todos los carriles está permitida en vías rápidas es un atasco, cuando el volumen de vehículos obliga a ocupar todos los carriles.
En este caso la conducción encarrilada es muy importante y en ningún caso se debe recurrir al zigzageo para ir adelantando posiciones como si se tratara de una carrera.
Esta incívica práctica, además de ser molesta para el resto también puede ocasionar frenazos, ya que, al «colarse» en otro carril lo habitual es que se acorte la distancia de seguridad obligando a frenar al vehículo que circula detrás.
Y estos frenazos favorecen el llamado efecto acordeón, desde el primero, cada coche tarda un poco más en arrancar respecto al que le precede y así hasta el último de la cola, empeorando el atasco.
En este post has podido ver la importancia de una conducción correcta en general.
Sabes cuántos puntos del carnet te quedan?
Has oído hablar ya de la baliza luminosa?
Resumen: